15 de Diciembre. Cova Simanya

_mg_0356-editar-1-con-sello-large

Cova Simanya gran (Datos sacados de internet)

La cueva Simanya (Sima Magna o cueva grande, en romano) está situada en la ladera este del Montcau. Tiene un recorrido total de 372 abiertos, distribuidos en cuatro galerías. El ramal más largo tiene 165 metros y es conocido como Galería de la Oca para que las estalactitas han formado una figura caliza que hacen pensar en esta ave.
La Cueva Simanya se formó en los primeros estadios erosivos del macizo.
El tamaño de la cueva y la presencia permanente de agua, especialmente en la galería de la Oca, atrajo a los pastores neolíticos. Unas excavaciones realizadas en 1930 por el Centro Excursionista de Terrassa, bajo la dirección de Joan Solà y Marià Galí, encontraron cerámica correspondiente a varias etapas: el bronce antiguo, ibérico y medieval. Es decir, la cueva ha sido habitada intermitentemente desde hace cerca de 6.000 años.
Entre otras piezas se encontraron vasos con decoraciones de cerámica negra y roja u otros con adornos de «pezones», muy parecidos a los localizados en cuevas de Montserrat y características de una cultura desarrollada en la primera edad de bronce en la Península Ibérica. Algunas de estas restos cerámicos se pueden ver en el Museo de Arte de Terrassa.
A pesar de haber sido habitada desde el neolítico y, incluso, en épocas medievales, sobre la Cueva Simanya hay muchas leyendas, que hablan de ella como cae de bestias o de extraños pájaros y, incluso, se decir que escondía una misteriosa ciudad subterránea.
Un padre de nombre Ermèndia, que visitó la cueva en el siglo XVII, afirmó haber visto calles y plazas, con personas desnudas alineadas en las paredes. Según el sacerdote, ésta era la verdadera cueva del dragón y aún vivía cuando él entró porque se encontró estiércol fresco.
Francisco de Zamora, un funcionario español que escribió un libro sobre sus viajes en Cataluña, exploró la cueva el 29 de marzo del 1786. Zamora explica que «entre A la famosa Simanal que se una caverna natural, pero de una Profundidad espantosa . A pocos pasos de la entrada se divide en dos brazos, los cuales siguió ta Donde me lo permitió el agua que me encuentro. El de la izquierda Tiene petrificaciones de figuras raras, y pude andar por el más de cien países. el de la derecha no tiene las mismas petrificaciones, pero es mucho más profundo, a mí entender, pues sobre haber caminata más de Doscientos pasos, Habiendo legadas a un paraje que no podíamos continuar, disparamos una escopeta Hacia la parte que continuaba la caverna, y por lo eco comprendió que era mucho más profunda la parte que no vimos. La elevación, aunque es diferente en varios parajes, el todo de ella puede decirse muy capaz».
Joan Amades también comenta que en la Cueva Simanya se encontró una imagen de la Virgen y en la entrada de la cavidad se hizo una pequeña capilla para poder adorarla.
Sobre esta cueva, Victor Balaguer escribió en 1857 que «no se había podido nunca llegar a su fondo y todos los que lo habían probado, daban la espalda asombrados y despavoridos. La gente decía que aquel recinto era mansión de magos, de hechicerías, de monstruos, de fantasmas y contaban muchas leyendas «
Las leyendas dieron paso a la realidad cuando el Centro Excursionista de Terrassa topografiar las galerías de la cueva el 7 de mayo de 1911.
Actualmente es la cavidad no turística más visita de Cataluña.
En la Cueva Simanya se puede llegar desde la vertiente del Río Ripoll subiendo desde el Valle de Huerta por la canal del Llor o bien desde la vertiente de la Riera de las Arenas desde el Coll de Estenalles y el Coll d’Eres.