Uffffffffffffffffff, que recuerdos aquellos.
En ese ratito que hemos pasado en Fornells de la Selva, hemos estado en la estación del tren. Tienen incluso una instalacion de un trenecito pequeño, para que los niños se monten y den una vueltecita (los que viven en Terrassa, saben de que hablo, pues aqui en Valparadis, tambien tenemos una instalción de ese tipo), una locomotora para que la gente le haga fotos, se pueda subir (tamnbien en Terrassa, tenemos una)…


Pero no era de eso de lo que os quería hablar, era de algo que he vivido más de una vez, que la gente de mi edad seguro recuerda, y que hoy, por varios motivos, ya se ha perdido… Los viajes de largo recorrido.
Antiguamente, casi no había coches, los tenían cuatro personas, y desde luego no eran nuestos padres, se iba al pueblo, a visitar a la familia, y se hacían viajes de 12, de 18 y hasta de 24 horas. “El sevillano”, “El malagueño”, eran nombres de trenes que muchos de nosotros hemos cogido para ir al pueblo de nuestros padres, y eran verdaderas aventuras.
Se hacían amigos, alguna vez pasaban verdaderas aventuras (como una vez que nuestras camas estaban ocupadas por otras personas), se comia, se dormia, se hablaba, y sobre todo, se conocia gente, se compartian momentos con desconocidos, por el mero placer de compartir un espacio reducido y pasar esas horas lo mejor posible.
No había moviles, ni Mp3 que poner al oido, ni Tablets, ni ordenadores portatiles… Fiambreras, bocadillos, tortilla, carne empanada, una baraja de cartas, y muchas horas, horas interminables que había que llenar y que se llenaban sin tantos problemas de comunicación como tenemos hoy en dia, que a veces llevamos dos años en el edificio y no conocemos ni al vecino del piso de abajo…
Nos hemos vuelto muy individualistas, muy reservados, desconfiados por naturaleza… Creo que hemos perdido por el cambio. La gente se ayudaba con las maletas, con los niños, incluso, sin conocerse, poniamos a mi abuela en el tren, y a la familia que hubiese en su compartimento, sin conocerla de nada, le deciamos que le echase un ojo que la cuidase, y lo hacían, se comprometían con ese cometido…
Igualito que ahora. Entre el montón de aparatos que tenemos para aislarnos del vecino del asiento, los trenes que cada día van más rápido para llegar antes, pero sin disfrutar para nada del trayecto, hemos perdido uno de los multiples placeres que nos daba antes la vida. Un viaje en tren, un largo viaje, lleno de anecdotas, de nuevos amigos, de vagones por explorar…
Una verdadera pena.


Por cierto, el otro día hice una alegoría de mi vida y de la gente que me he encontrado por el camino, comparándola con un vieje de tren, ya dije que no me lo había inventado yo, y cosa curiosa, varios días después, alguien colgo en el facebook un texto, que no se si era el mismo que lei yo, pero que era más o menos lo que yo recordaba. Como ya dije, no quiero apropiarme de nada que no sea mio, y como me parece precioso, pues os pongo ese texto aquí para que tengáis el placer de leerlo…
EL TREN DE LA VIDA
La vida es como un viaje en un tren, con sus estaciones, sus cambios de vías, sus accidentes! Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, y creemos que siempre viajarán a nuestro lado, pero en alguna estación ellos se bajarán dejándonos en el viaje solos.. De la misma forma se subirán otras personas, serán significativas: nuestros hermanos, amigos, hijos y hasta el amor de nuestra vida. Muchos bajarán y dejarán un vacío permanente.. Otros pasan tan desapercibidos que ni nos damos cuenta que desocuparon sus asientos! Este viaje estará lleno de alegrías, tristezas, fantasías, esperas y despedidas…. El éxito consiste en tener una buena relación con todos los pasajeros, en dar lo mejor de nosotros… El gran misterio para todos, es que no sabemos en que estación nos bajaremos, por eso, debemos vivir de la mejor manera, amar, perdonar, ofrecer lo mejor de nosotros… Así, cuando llegue el momento de desembarcar y quede nuestro asiento vacío, dejemos bonitos recuerdos a los que continúan viajando en el tren de la vida! Te deseo que el viaje en tu tren para el año que viene sea mejor cada día, cosechando éxitos y dando mucho amor, y sobre todo dándole gracias a Dios por el camino recorrido…! Ah y te doy las gracias por ser uno de los pasajeros de mi tren…
Gracias por formar parte en algún momento en mi tren de la vida!